¿Eres viajero e intolerante a la lactosa? ¡No te preocupes! Tú más que nadie sabes los problemas que acarrea la deficiencia de lactasa en el organismo y lo mal que puede sentarte consumir productos con lactosa, pero también sabes que no es para nada un limitante para llevar una vida normal. Viajar con intolerancia a la lactosa es totalmente posible, pero en IATI, expertos en viajes seguros, queremos hacerte la vida un poquito más sencilla y vamos a darte algunos consejos para que todo marche sobre ruedas.
Sigue leyendo y conoce los mejores consejos para viajar con intolerancia a la lactosa.
Contenidos
- 1 1. Investigar destinos a los que es mejor viajar con intolerancia a la lactosa
- 2 2. Indagar cocina local
- 3 3. Señala tus intolerancias al hacer las reservas
- 4 4. Avisa a la compañía aérea de que vas a viajar con intolerancia a la lactosa
- 5 5. Trae comida contigo
- 6 6. Pregunta, pregunta y pregunta
- 7 7. Hazte algunas tarjetas en el idioma local y aprovecha tu teléfono móvil
- 8 8. Acostumbra tu cuerpo unas semanas antes
- 9 9. Viaja con tus medicamentos
- 10 10. Viaja con un buen seguro médico
- 11 11. Prepárate, pero no tengas miedo
1. Investigar destinos a los que es mejor viajar con intolerancia a la lactosa
Por supuesto, ¡puedes ir a donde te propongas! Sin embargo, si es tu primera vez viajando con intolerancia a la lactosa, es recomendable que busques un destino sencillo o un viaje cómodo para encontrar comida que te vaya a sentar bien y, sobre todo, que disfrutes. Hay países en los que es más fácil porque no se consumen tantos lácteos, tal es el caso de los pertenecientes a Asia o al Sudeste Asiático. En ellos, aunque recientemente hay una tendencia creciente al consumo de lácteos, no se acostumbra a tomar tanta lactosa. También puedes decantarte por destinos en los que manejes el idioma, para que así puedas tener certeza de si estás ante un alimento o comida sin lactosa.
Por otro lado, también puedes hacer viajes en los que es más fácil asegurarte de que lo que vas a comer contiene lactosa o no. Por ejemplo, en los cruceros podrás avisar de tu intolerancia con meses de antelación y están muy preparados para satisfacer dietas especiales. Esta es, quizás, la opción menos estresante. Para no tener margen a error, contacta con la naviera los días previos a embarcar y confírmalo el primer día a bordo.
Otra opción sencilla, si lo que quieres es relajarte, es buscar un hotel del tipo “todo incluido”. En ese caso, te recomendamos indicar que eres intolerante a la lactosa al hacer la reserva y al llegar, en recepción. En estos alojamientos, al igual que en los cruceros, se suelen servir con comidas de tipo buffet y los camareros o jefes de cocina sabrán indicarte qué platos no llevan productos lácteos.
2. Indagar cocina local
Este consejo para viajar con intolerancia a la lactosa está muy relacionado con el apartado anterior. Si ya has decidido un destino para tu próxima aventura, te recomendamos investigar por internet sobre los platos típicos que te encontrarás al aterrizar. Estudia sus ingredientes, mira a ver si podrían cuadrar con tu dieta y, de no ser así, si podrían admitir variantes.
En la mayoría de los países existen foros de ayuda en los que personas intolerantes a la lactosa comparten sus experiencias, páginas web o blogs de interés sobre el tema. Una buena idea es ponerte en contacto con ellos y así llevar anotados algunos platos que puedes comer sin miedo o productos que comprar en las tiendas locales.
3. Señala tus intolerancias al hacer las reservas
A la hora de viajar con intolerancia a la lactosa, un truco que puede salvar tus desayunos (u otras comidas) es hacer mención a tu condición a la hora de hacer las reservas de hoteles. En la mayoría de los buscadores de hotel existe un apartado para dejar un mensaje, pero, en el caso de que no sea así, ponte en contacto con tu alojamiento a través de correo electrónico. Hazlo al menos unos días antes para que puedan estar preparados o directamente en la recepción para que, de esta manera, puedan acomodar tu petición de alguna forma.
Este aspecto también es importante si vas a reservar un viaje organizado o una excursión. En ese caso, te recomendamos que avises a la agencia de que vas a viajar con intolerancia a la lactosa con la mayor anticipación posible. Si puedes, reconfirma un par de días antes. Los olvidos son frecuentes.
Una buena idea también puede ser reservar alojamientos con cocina como apartahoteles o apartamentos.
4. Avisa a la compañía aérea de que vas a viajar con intolerancia a la lactosa
Si eres intolerante a la lactosa y estás pensando en hacer un viaje largo, es muy importante que seas precavido cuando vayas a hacer la reserva de los vuelos. Aunque en los últimos años ya no se sirve ningún tipo de bebida o comida en los trayectos cortos (sobre todo si viajas con una compañía low cost), si vas a hacer vuelos de más de 3 horas, consulta si se va a ofrecer algún tipo de aperitivo, almuerzo o cena. De ser así, te recomendamos que lo indiques en la reserva. Algunas aerolíneas tienen un apartado particular para ello, que se suele designar como “Non Lactose Meal (NLML)”. En el caso de que no pudieses hacerlo online, recuerda avisar a la compañía por correo electrónico o por teléfono. Normalmente, se puede cambiar el tipo de comida de los aviones hasta 48 horas antes de la salida del vuelo.
Ten en cuenta que si vas a viajar con intolerancia a la lactosa y ya has hecho el check-in de tu vuelo, es importante que no te cambies de asiento o que avises a la tripulación de que lo vas a hacer. De esta manera te aseguras de que tu comida especial te llega correctamente, puesto que esta se sirve conforme al número de asiento.
Si no te has acordado de seleccionar comida para intolerantes a la lactosa, puedes avisar a la hora de facturar o en la puerta de embarque. En ocasiones, los aviones llevan comida extra para estos casos. Aun así, no confíes en ello al 100% y procura traer algo de comida contigo para no pasar hambre.
5. Trae comida contigo
Aunque sería prácticamente imposible que no encontrases nada para comer que no contuviese lactosa, más vale prevenir que curar. Lleva productos en los que confías, sobre todo si tienes pensado hacer trayectos largos en los que puede ser más complicado encontrar comida adecuada para ti.
6. Pregunta, pregunta y pregunta
Que no te dé vergüenza, explícale a los camareros o a los cocineros de los restaurantes lo que te ocurre si tomas lactosa y pregúntales qué platos no la contienen. Seguro que entienden lo que te pasa y te ofrecen posibilidades para que puedas comer tranquilo.
Si estás viajando en crucero o te alojas en un hotel de “todo incluido”, un buen truco es sentarte en la misma mesa cada día. Así te aseguras de que los camareros con los que has hablado ya te conocen y saben tu intolerancia a la lactosa. De esta manera, pueden echarte una mano si cambia algo del menú.
En el caso de que no te fíes demasiado o que creas que no te han entendido, consume alimentos que sabes que, de por sí, no suelen llevar lactosa o que están poco elaborados. Cosas a la plancha o al vapor, evitando fritos y salsas, pueden ser tu salvación. Si aun así, sigues desconfiando, lo mejor es que no consumas o compres nada de lo que no estés 100% seguro. Que el sentido común vaya siempre por delante.
7. Hazte algunas tarjetas en el idioma local y aprovecha tu teléfono móvil
Si vas a viajar con intolerancia a la lactosa, algo que hará tu vida mucho más sencilla es llevar tarjetas impresas en las que se indique cuál es tu problema y qué cosas puedes comer y qué no en el idioma del país al que vas a viajar. También es útil llevar frases preparadas como: “¿este producto lleva leche/lactosa?”, “¿dónde puedo encontrar leche sin lactosa?”, “¿puedes prepararme algún plato que no lleve leche u otros lácteos?”… Puedes hacerlo tú mismo, pero también hay empresas como esta que se dedican a ello.
Una buena idea para viajar como intolerante a la lactosa es descargarte aplicaciones como Google Translator. Esta te ayudará a traducir, al instante, lo que quieres decir en el idioma local. Puede ser salvadora en este y otros muchos casos. Una aún más personalizada es Food Allergy Translate, que te hace un mensaje personalizado sobre tu alergia o intolerancia en 33 idiomas.
8. Acostumbra tu cuerpo unas semanas antes
Aunque no es la alternativa ideal, algunas fuentes señalan que puedes ingerir pequeñas cantidades de lactosa durante algunas semanas previas al viaje para evitar tener problemas más fuertes en el extranjero. No creemos que sea la solución ideal, pero si vas a viajar a algún país exótico o donde creas que tienes la posibilidad de tener dificultades en este sentido, esta puede ser una posibilidad. Evalúalo con tu médico.
9. Viaja con tus medicamentos
Si necesitas medicamentos que te ayuden con tu intolerancia alimenticia, procura llevar una cantidad razonable para tu viaje. En caso de que sea un viaje largo, apunta los nombres genéricos de los medicamentos o las sustancias químicas o principios activos que tienen, por si necesitas comprarlos en el destino. Es muy probable que se vendan bajo otro nombre.
Además, para evitar cualquier problema, nunca está de más llevar un informe médico en el que se indique tu alergia y, consecuentemente, qué medicamentos necesitan. En ocasiones, en los controles de seguridad te lo requerirán.
10. Viaja con un buen seguro médico
Todos los consejos previos son muy importantes, pero si hay uno que nos parece clave a la hora de viajar con intolerancia a la lactosa es recomendarte que lo hagas con un buen seguro de viajes. Encontrarte mal fuera de tu país puede ser un gran problema, pero lo es menos si viajas acompañado de un seguro médico en tu idioma, que sabes que te va a atender sin problema en caso de accidente. Tal es el caso de las coberturas que te ofrecemos en IATI , que te brindarán la asistencia en viaje en el caso de que la necesites. Contrata ahora tu seguro de viaje y deja que nosotros cuidemos de ti.
11. Prepárate, pero no tengas miedo
¡Que nada te frene! Infórmate, ve preparado, pero, sobre todo, no tengas miedo a viajar con intolerancia a la lactosa.