Hoy te vamos a contar nuestros imprescindibles en una visita a Samarcanda. Probablemente no haya un lugar tan evocador de la mítica Ruta de la Seda como esta ciudad uzbeka. Con sus 2.700 años de antigüedad, ha visto pasar personajes tan importantes, y diferentes a la vez, como Alejandro Magno, Gengis Khan o Tamerlán, un conquistador turco-mongol que decidió que este lugar sería la capital de su vasto imperio.
A día de hoy, debido a su pasado como república soviética, Samarcanda ha cambiado mucho de aspecto si la comparamos con sus años de esplendor. Grandes avenidas, enormes parques, moles de hormigón y remodelaciones urbanísticas, no exentas de polémica, han cambiado por completo su fisonomía anterior. Sin embargo, no hay que alarmarse, porque aún conserva auténticos tesoros. De hecho, forma parte del Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO desde el año 2001.
Desde IATI, expertos en seguros médicos de viaje, te recomendamos que dediques a la ciudad dos días, para que puedas disfrutar de todas sus maravillas y rincones con calma. A continuación te damos un listado de todos los lugares que no te puedes perder en una visita a la ciudad, aquí van nuestros imprescindibles que ver en Samarcanda:
Contenidos
Plaza del Registán
Ésta es la auténtica joya de Samarcanda, de Uzbekistán e incluso también de todo Asia Central. Probablemente sea una de las plazas más bonitas de todo el mundo cuando llegues a allí te darás cuenta rápidamente del motivo.
La plaza está formada por tres madrazas, la de Ulugh Beg, Tilla-Kari y Sher Dor. Las madrazas, o madrasas, son escuelas musulmanas de estudios superiores. Actualmente, ya no cumplen esa función, pero sí que conservan su estructura primigenia. Alrededor del patio central de cada una de ellas se pueden ver las habitaciones donde los estudiantes dormían y estudiaban, con la diferencia de que que ahora este histórico espacio lo ocupan tiendas de recuerdos y artesanía. Con cambios o sin ellos, este lugar es un imprescindible que ver en Samarcanda.
Cada una de estas madrazas tiene alguna peculiaridad, pero todas ellas son tremendamente bellas. Por cierto, aunque puedes ver la plaza desde fuera sin pagar, para entrar a ella y a las madrazas es necesario pagar una entrada que es válida para todo el día.
Madraza de Ulugh Beg
Ubicada en el lateral izquierdo, fue la primera madraza en construirse de las tres que hay en la plaza. Su construcción finalizó en 1420, bajo el mandato de Ulugh Beg, un famoso astrónomo y matemático, nieto de Tamerlán, que fue gobernante de la ciudad en aquella época.
El portal de la entrada de esta gran madraza está adornado con estrellas, reflejando la pasión del gobernante de Samarcanda por la astronomía.
Madraza Sher Dor
Tuvieron que pasar muchos años hasta que se construyese la siguiente madraza de la plaza del Registán. No fue hasta 1636, cuando en frente de la madraza de Ulugh Beg se concluyó la madraza Sher Dor.
La peculiaridad de la decoración del portal de la entrada de esta madraza es que está decorada con unos animales que son una mezcla de tigres y leones, unos ciervos y unos soles que son caras mongolas. Estas representaciones incumplen la prohibición islámica de representar animales o personas.
Madraza Tilla-Kari
La última madraza en construirse (en 1660) se halla entre ambos edificios. En este caso tiene la peculiaridad de tener un patio ajardinado. Pero lo que más destaca es la mezquita del interior. Decorada en dorado y azul, simbolizando la riqueza de esta ciudad. No te pierdas su interior, es realmente impresionante.
Mausoleo Gur-e-Amir o Mausoleo de Tamerlán
Éste es el mausoleo más destacado de toda Samarcanda y uno los más importantes de todo Uzbekistán. Aquí es donde se encuentra enterrado Tamerlán, el gran conquistador turco-mongol que en dos décadas consiguió conquistar ocho millones de kilómetros cuadrados en Eurasia. Su vasto imperio iba desde el este de Turquía, hasta Nueva Delhi, y desde el sur de Irán y Pakistán, hasta el sur de Kazajistán.
En este mausoleo, junto a Tamerlán, también está enterrado Ulugh Beg, nieto suyo, además de otros familiares.
Lo que más impresiona de este mausoleo es su particular cúpula celeste estriada y el bello portal de entrada, convirtiéndolo en otro de los imprescindibles que ver en Samarcanda durante tu visita.
Mezquita Bibi-Khanym
Esta enorme mezquita es de la época de Tamerlán. De hecho, fue financiada por el botín obtenido durante las campañas que el conquistador turco-mongol realizó en la India. En su tiempo fue una de las más grandes de todo el mundo, con una cúpula que alcanza los 41 metros de altura y el pishtak (portal de entrada) que mide 38 metros.
Necrópolis de Shah-I-Zinda
Aunque casi toda la fama de Samarcanda se la lleva la plaza del Registán, la Necrópolis de Shah-I-Zinda es una de las grandes joyas de la ciudad. Este lugar lo forma una avenida de mausoleos decorados con unas impresionantes baldosas mayólicas azules y turquesas.
Su nombre significa “tumba del rey vivo” y hace referencia a la tumba de Qusam ibn-Abbas, un primo del profeta Mahoma, que trajo el islam a la zona en el siglo VII.
Algunas de los mausoleos destacan por su fachada y otros por su interior. Lo que te recomendamos es que le dediques tiempo a este lugar y disfrutes con los impresionantes diseños geométricos elaborados con baldosas de cerámica.
Mezquita Hazrat-Hizr
Lo más probable es que antes de llegar a la Necrópolis de Shah-I-Zinda pases por delante de esta mezquita. Pese a que la original fuese arrasada por Gengis Kan en el siglo XIII y lo que se conserve hoy en día tenga poco más de 150 años, es una de las mezquitas más bonitas de la ciudad.
Además, al estar en lo alto de un cerro, se tienen unas estupendas vistas de la mezquita Bibi-Khanym y de la Necrópolis de Shah-I-Zinda. Por cierto, en esta mezquita puedes subir a lo alto de su minarete.
Observatorio Astronómico de Ulugh Beg
Uno de los lugares más curiosos de Samarcanda es este observatorio astronómico. Fue mandado construir por el gobernante, y también astrónomo, Ulugh Beg en 1420. Pero no fue hasta 1908 cuando se descubrió este observatorio de tres plantas que utilizaban para observar la posición de las estrellas. De todo aquello, hoy en día solo se conserva parte del edificio y el gran arco del instrumento que utilizaban.
A diferencia del resto de lugares que ver en Samarcanda, el observatorio Astronómico de Ulugh Beg se encuentra un poco alejado de la ciudad, por lo que la mejor opción es coger un taxi para ir hasta allí. Pero no te preocupes, que los taxis en Uzbekistán son muy baratos, por 10.000 soms (al cambio 1 €), puedes ir desde el observatorio hasta la plaza del Registán.
Bazar de Siob
Para terminar, si eres un amante de los mercados locales o de la fotografía, te recomendamos que visites el bazar de Siob. Se encuentra al lado de la Mezquita Bibi-Khanym, por lo que no tendrás problemas en encontrarlo.
En su interior podrás conseguir de todo, souvenirs, fruta, verdura, carne, frutos secos, dulces (como el halva, hecho con pasta de sémola y típico de Oriente Medio)… Pero no solo eso, en este gran mercado también hay tiendas de ropa, higiene o tecnología. Incluso si quieres, aquí podrás comprar una sim de prepago para tener internet en Uzbekistán a un buen precio. ¡Ah! No te vayas del mercado sin hablar con los tenderos o probar algunos de sus productos, los uzbekos son gente muy amable con el visitante.
Texto escrito por Alberto, de Notas de un viajero