Qué ver y hacer en Quito

Aunque la mayoría de los viajeros pasan por la capital de Ecuador de puntillas, cuando te contemos algunas de las mejores cosas que ver en Quito, seguro que decides dedicarle al menos un par de días a explorar la ciudad a fondo.

Ya el nombre de esta urbe destila encanto y misterio, pues el vocablo Quito deriva de los quitu, ocupantes originarios de la zona ecuatoriana de Pichincha, donde se halla la capital.

Los quitu se establecieron aquí en el siglo V, para ser asimilados, centurias después, por los incas. Fueron estos los que convirtieron a Quito en una ciudad importante, conectándola, a través de sinuosas carreteras, con la todopoderosa Cuzco.

Sobre las ruinas de la urbe incaica construyeron los españoles la semilla del Quito actual. Hoy en día, la capital ecuatoriana, elevándose orgullosa a 2.850 metros sobre el nivel del mar – lo que la convierte en una de las capitales más elevadas del mundo – presenta uno de los cascos históricos mejor preservados de América Latina, además de un alma vibrante y un gran colorido.

Al ser poco turística, Quito es un gran lugar para captar la esencia de la cultura ecuatoriana, algo que un auténtico viajero siempre debe valorar. Pues, al final, debemos viajar no sólo para conocer lugares hermosos, sino para profundizar en otras formas de vivir y entendernos todos un poco mejor. Esa es la senda inequívoca que nos llevará a construir un mundo mejor.

Estas son algunas de las mejores cosas que hacer en Quito.

Perderte por el centro histórico

Entre las mejores cosas que hacer en Quito, ninguna supera a la sensación que provoca el hecho de perderse por el centro histórico de la ciudad.

Ese laberinto de calles estrechas y perfectamente trazadas, formando cuadrículas, esconde una buena mezcla de edificios centenarios, iglesias (como la impresionante Basílica del Voto Nacional), plazas, museos, restaurantes, cafeterías y pequeños negocios. Una explosión de vida sin igual en un lugar que, en 1978, fue declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO.

Entre tanto monumento, es complicado escoger uno, pero entre los imprescindibles del centro histórico de Quito se hallan la plaza Grande, la plaza de San Francisco y la calle de la Ronda, que posee el honor de ser una de las más antiguas de la ciudad.

Visitar la plaza Grande y el palacio de Carondelet

La Plaza Grande – también conocida como plaza de la Independencia-, con sus edificios de estilo colonial, es una de las más hermosas que ver en Quito.

A ella se asoma el Palacio de Carondelet, residencia oficial del presidente de Ecuador, la catedral metropolitana, el palacio arzobispal, la iglesia del Sagrario y el Monumento a la Independencia.

Frente al palacio presidencial se produce el cambio de guardia y también se puede visitar su interior de manera gratuita.

La Catedral Metropolitana de Quito es un destacado ejemplo de arquitectura colonial. Sus majestuosas torres y su interior ricamente decorado son impresionantes. Es un sitio de gran importancia histórica y religiosa en la ciudad.

Subir al Panecillo

El Panecillo es la emblemática colina que domina la ciudad.

Con una altura de poco más de 200 metros, desde su cima ofrece una de las mejores panorámicas que ver en Quito. Además, también te permite contemplar las bellas montañas circundantes, dándote una mejor idea de la impactante orografía de la zona.

Antes de la llegada de los españoles en el siglo XVI, el Panecillo albergaba un templo inca. Hoy en día, una estatua de la Virgen María – conocida como la Virgen de Quito y que mide 45 metros de altura – se eleva sobre la ciudad.

Para gozar de las mejores vistas, lo mejor es que subas al Panecillo a primera hora de la mañana ya que, debido a la altitud, las nubes no tardan en aparecer.

Explorar el Museo Nacional del Banco Central del Ecuador

No te dejes engañar por el nombre, serio y burocrático, de este museo, uno de los mejores que ver en Quito.

El Museo Nacional del Banco Central del Ecuador, también conocido como el Museo del Banco, atesora una enorme colección de más de 1.500 objetos de la época preincaica, algunos de los cuales poseen más de 6.000 años de antigüedad.

Sus exposiciones muestran la historia y el progreso de Ecuador a lo largo de la historia, abarcando todo, desde el arte hasta la religión, pasando por la economía y la forma de vida.

Probar la gastronomía local en el Mercado Central

No nos cansamos de decirlo: no hay mejor manera de conocer la vida cotidiana de una ciudad que pasarse unas horas en su mercado.

En el caso de Quito, eso te lleva a su Mercado Central. Un lugar donde se activan tus cinco sentidos mientras recorres sus pasillos poblados de puestos en los que se muestran verduras, carnes, frutas, pescados y mucho más.

Será aquí donde podrás ver cómo compra la gente local. Sus conversaciones cotidianas, que muestran preocupaciones, alegrías, proyectos de futuro y tristezas. Los mercados siempre fueron un compendio de la naturaleza humana.

Pero también podrás probar esos productos típicos de Ecuador, que tan exóticos nos parecen a nosotros. Hablamos de delicias como los bolones de verde – bolitas hechas con plátano verde y rellenas de queso -, las humitas – pasta de maíz envuelta en hoja de la misma planta -, los quimbolitos – típico postre ecuatoriano elaborado con harina de maíz, azúcar, manteca, huevos y especias -, y las clásicas empanadas, rellenas de carne o verduras.

Admirar el arte urbano

El hecho de que una de las mejores cosas que ver en Quito sean sus impresionantes murales de arte urbano, dice mucho del contraste cultural que podemos encontrar en la capital ecuatoriana.

La escena del arte callejero de Quito es vibrante y diversa, con coloridos murales que adornan muchos vecindarios. Desde el distrito histórico hasta la zona bohemia de La Floresta, encontrarás una variedad de obras de arte urbanas que reflejan la cultura, los problemas sociales y la estética contemporánea de Ecuador.

Artistas locales y colaboradores internacionales contribuyen a esta expresión dinámica de creatividad, logrando que pasear por las calles de Quito se convierta en un deleite visual.

Relajarte en el parque La Carolina (y visitar su Jardín Botánico)

Si preguntas a cualquier quiteño, te dirá que una de las mejores cosas que hacer en Quito para olvidarte del estrés es pasear por el Parque La Carolina.

Ubicado en el corazón del centro de Quito, frente al centro comercial Quicentro, es el lugar al que acuden los locales, sobre todo los fines de semana, para dar un paseo, tumbarse en la hierba, jugar al fútbol, al ​​baloncesto o al Ecuavolley, una variación popular del voleibol en Ecuador, que cuenta con una red mucho más alta.

El ambiente es fantástico. Aquí encontrarás grupos de amigos, parejas y familias enteras. Pasea entre ellos mientras disfrutas de los maravillosos zumos tropicales, hechos con fruta fresca, que puedes comprar a uno de los muchos vendedores ambulantes que amenizan las jornadas en el parque.

En La Carolina también se halla el Jardín Botánico de Quito, cuyo concepto es reproducir los ambientes típicos de Ecuador: la costa, los Andes y el Amazonas. Además, cuenta con dos magníficos invernaderos, uno repleto de sublimes orquídeas y otro de especies exóticas en las que puedes encontrar incluso plantas carnívoras.

Subir a la cima del volcán Pichincha en teleférico

Si te encuentras con un día soleado y despejado, una de las mejores cosas que hacer en Quito es tomar el teleférico que te lleva a la cima del volcán Pichincha.

Las casas y calles de la capital ecuatoriana se extienden sobre la ladera este del Pichincha. Su cima se encuentra a unos 4.000 metros sobre el nivel del mar. Las vistas que regala son realmente espectaculares. Eso sí, no debes olvidar ir bien abrigado, porque suele hacer bastante frío allá arriba y se producen cambios de meteorología totalmente repentinos.

Además de poder disfrutar de la ciudad, también podrás divisar uno de los mejores lugares que visitar en los alrededores de Quito: el volcán Cotopaxi.

Si estás en buena condición física o quieres entrenar para escalar uno de los grandes volcanes de Ecuador, puedes subir desde lo alto del teleférico hasta la cima del Rucu Pichincha, situada a 4.696 msnm. No te puedes equivocar, solo hay un camino de subida y está muy bien señalizado.

Saliendo de la ciudad: visita al volcán Cotopaxi

Aproximadamente a 50 kilómetros de la capital ecuatoriana se encuentra el volcán activo más alto del mundo: el Cotopaxi.

Ubicado en el Parque Nacional Cotopaxi y con una altura de 5.897 metros, es uno de los mejores lugares que ver en Quito y alrededores para practicar actividades al aire libre como montañismo, senderismo, paseos a caballo y excursiones de varios días.

El Cotopaxi es un volcán al que no le gusta estar adormecido. Desde 1738, ha habido más de 50 erupciones. De hecho, el acceso al lugar estuvo cerrado a los visitantes en 2016-2017 debido a una erupción.

Su silueta es imponente, elevándose sobre la tierra como un auténtico dios inca. Su perfecto cono aparece cubierto de un manto blanco, ocultando su crudeza pétrea a los ojos de los curiosos. Un auténtico símbolo de Ecuador.

Visitar la Mitad del Mundo

Aunque hay muchas cosas que ver en Quito, los alrededores también poseen su encanto. Junto a la del volcán Cotopaxi, otras de las excursiones más habituales desde la capital ecuatoriana es la que te lleva a conocer el lugar donde se encuentra la mitad del mundo: esa línea imaginaria a la que llamamos “ecuador”.

El lugar se encuentra a tan sólo unos 26 km de Quito. Fue allí donde, en 1736, un grupo de científicos de la Academia de Ciencias de Francia fue a medir la forma y el tamaño exactos de la Tierra.

En el lugar hay un gran monumento conmemorativo, así como el museo del Templo del Sol – que cuenta la historia de la difícil tarea de los científicos – y algunas tiendas de artesanía.

Desde que se dispone de tecnologías más modernas, hay cierta controversia sobre si el monumento está exactamente en la ubicación correcta de la línea ecuatorial. Pero eso tampoco cambia nada, pues en esta vida todo es relativo. Bueno, no todo: disfrutar de las muchas cosas interesantes que ver en Quito es una maravilla totalmente objetiva.

Artículo escrito por David Escribano de Viajablog.