Casi a medio camino entre Europa y Canadá, un grupo de islas escarpadas, exuberantes y azotadas por el viento forman un archipiélago de Portugal, parecido al Edén: las Azores. Estas nueve manchas volcánicas, que se extienden sobre las aguas del Atlántico, muestran fantásticas obras de la Madre Naturaleza, y, quizá por ello, entre las mejores cosas que hacer en las Azores hay un buen número de actividades al aire libre.
Las Islas Azores fueron descubiertas por navegantes portugueses en el siglo XV. Colonizadas a partir de 1439, se convirtieron en un importante punto de escala para las rutas comerciales entre Europa, América y África. Con una rica historia, las Azores hoy son conocidas por su impresionante belleza natural y su diversa flora y fauna.
Este es un mundo donde ballenas y delfines bailan en las vastas aguas, los géiseres saltan desatados desde el inframundo, las aguas termales alivian, los senderos bordeados de hortensias atraen y las caminatas épicas a picos elevados proponen retos.
Con espectaculares miradores por doquier, mosaicos de pastos que se derraman por las laderas de las montañas hacia el océano y pueblos rurales de casas encaladas, las Azores componen un destino total.
¿Nos acompañas a explorar los mejores lugares que ver en las Azores?
Contenidos
- 1 Visitar Sete Cidades, en San Miguel
- 2 Conocer la cultura de las Azores en Ponta Delgada
- 3 Salir en busca de ballenas y delfines
- 4 Ascender al pico más alto de Portugal
- 5 Darte un baño en aguas termales
- 6 Descender desde terrazas de viñedos hasta arenas doradas
- 7 Practicar senderismo
- 8 Visitar las playas de las Azores
- 9 Experimentar un festival tradicional
- 10 Probar la gastronomía
Visitar Sete Cidades, en San Miguel
Sete Cidades ofrece la mejor introducción posible a los impresionantes paisajes que ver en las Azores.
Convenientemente ubicada en la isla de São Miguel, Sete Cidades es un área que se encuentra al noroeste de su capital – y principal aeropuerto -, Ponta Delgada, y que se compone de un lago azul y otro verde que están pintorescamente ubicados en medio de una caldera volcánica de casi 5 km de ancho.
El área está llena de magníficos miradores y rutas de senderismo, contando también con un pequeño pueblo que se encuentra en el fondo de la caldera.
Para disfrutar de las mejores vistas de Sete Cidades, merece la pena acercarse al Miradouro da Vista do Rei, el punto más elevado del lugar. Desde aquí, puedes tomar un sendero que serpentea a lo largo del lado occidental de la caldera y baja hasta el pueblo, atravesando exuberantes paisajes boscosos repletos de flores silvestres y regalando estupendas vistas de la costa.
Conocer la cultura de las Azores en Ponta Delgada
Como lo más normal es que llegues a las islas a través del aeropuerto de Ponta Delgada, te aconsejamos que dediques algo de tiempo a conocer la principal población que ver en las Azores.
Comienza explorando la parte vieja de la ciudad, donde encontrarás encantadoras calles adoquinadas, edificios tradicionales encalados y lugares históricos, como la Iglesia de São Sebastião y las icónicas Portas da Cidade. El Mercado da Graça es una visita obligada si quieres echar un vistazo a productos frescos y artesanías locales.
Pasea por el pintoresco puerto deportivo y visita el Fuerte de São Brás, una fortaleza del siglo XVI con vistas panorámicas. El Museo Carlos Machado ofrece una mirada profunda a la cultura y la historia de las Azores.
También merece la pena visitar el Jardim António Borges, un hermoso jardín botánico perfecto para un relajante paseo. Cerca de allí, la plantación de piñas de Ponta Delgada te ofrece una experiencia única para conocer las prácticas agrícolas únicas de la isla.
Salir en busca de ballenas y delfines
Sin duda alguna, una de las mejores cosas que hacer en las Azores es salir a las aguas del océano en busca de ballenas y delfines.
Con cuatro especies de ballenas residentes y muchos delfines, las posibilidades de éxito de cualquier expedición marina de avistamiento son bastante elevadas.
La mayoría de las empresas que ofrecen este tipo de actividad suelen contar con los servicios de expertos biólogos marinos y se toman en serio su responsabilidad con el medio ambiente y la vida silvestre. De hecho, no tardarás en darte cuenta de que en las islas Azores se venera la sostenibilidad, tanto en el turismo como en la vida cotidiana.
La principal temporada de avistamiento de ballenas comienza en primavera, lo que lo convierte en uno de los mejores destinos europeos en abril.
Ascender al pico más alto de Portugal
Hay muchas caminatas increíbles que hacer en las Azores, pero la que lleva a la cima de la montaña del Pico, la más alta de Portugal, es la más codiciada por los que buscan retos mayúsculos.
La montaña del Pico, que en realidad es un volcán inactivo, se halla en el centro de la isla Pico, una de las ínsulas centrales del archipiélago.
La cima se eleva unos 2.346 metros sobre el nivel del mar y ascender a ella requiere estar en forma.
Debido a su perfil, el ascenso es totalmente cuesta arriba, con puntos en los que la pendiente es realmente excepcional. Es el tipo de caminata que tendrás que comenzar a primera hora de la mañana y probablemente no terminarás hasta la tarde.
Una vez que llegas a la cima, las vistas son inolvidables. No solo puedes ver la isla Pico, sino que en un día despejado puedes contemplar las islas cercanas de Faial y São Jorge. El paisaje a lo largo del camino también es sobrecogedor, con una exuberante vegetación que convive maravillosamente con las rocas volcánicas dejadas por erupciones pasadas.
Darte un baño en aguas termales
No todas las actividades al aire libre que hacer en las Azores harán que tu corazón lata a mil por hora. Seguro que, a veces, querrás entregarte al estado natural de fluidez de estas islas al bañarte en sus aguas curativas.
La isla de São Miguel es perfecta para ello.
Uno de los mejores lugares para disfrutar de ellas es Terra Nostra, en Furnas. Las aguas de esta piscina grande y redonda poseen un color marrón oscuro debido a los minerales, pero los jardines botánicos que la rodean son mucho más bonitos.
Hay otra opción cercana, en Poça da Dona Beija, que presenta algunos paisajes bien cuidados alrededor de un puñado de piscinas. Mejor aún son los manantiales del Centro de Interpretação Ambiental da Caldeira Velha, que están un poco más alejados.
Descender desde terrazas de viñedos hasta arenas doradas
Este no es solo uno de los lugares más extremos del mundo para cultivar vino, sino que también es uno de los más impresionantes visualmente.
Una de las cosas más tranquilas que se hace en las Azores es explorar los viñedos de la isla de Pico, que por derecho propio son uno de los sitios de Portugal declarados Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO.
Las vides se elevan de la roca volcánica de basalto y cuentan la agotadora historia de la creación de la vitivinícola en un entorno tan adverso.
Los productores tuvieron que cincelar la dura roca volcánica para plantar sus vides, utilizando la piedra cortada para construir los ‘currais’ (áreas con muros de piedra) que protegen las plantas de los vendavales del Atlántico.
Cerca de los viñedos de Pico encontrarás un museo del vino, pero también te sugerimos una visita al Centro de Interpretación del Vino, situado al otro lado del aeropuerto. Aquí podrás disfrutar probando vinos únicos mientras aprendes la historia de las viñas.
Practicar senderismo
Con numerosas rutas impresionantes a lo largo de todas las islas, lo mejor que se puede hacer gratis en las Azores es senderismo.
Nuestro lugar favorito para hacer senderismo es São Jorge, una isla larga y delgada en forma de cresta que desciende dramáticamente hacia el océano Atlántico.
Los habitantes de las Azores tienen una palabra específica para estos senderos, fajã, que describe la parte plana de la tierra que se encuentra con el océano, generalmente formada por derrames de lava que se enfrían al contacto con el agua.
El más famoso e impresionante de ellos es la Fajã dos Cubres, que presenta una zona similar a un lago separada del océano por una pequeña extensión de tierra. Se accede a ella por el sendero PR1, que comienza en Serra do Topo.
Aunque, si deseas realizar actividades al aire libre en las Azores con un paisaje realmente extraño, camina por Capelinhos, en la isla de Faial. Ese lado de la isla es de polvo oscuro, roca roja y parece mucho más sombrío. Todo ello fue causado por una intensa erupción que duró 13 meses en 1957, provocando que miles de habitantes de las Azores se trasladaran a los Estados Unidos.
Visitar las playas de las Azores
En un destino como las Azores, encontrar una playa local para pasar un día entre las olas o en la arena no resulta complicado.
Algunas de las mejores playas que ver en Azores son las de Praia Grande cerca de Ponta Delgada; Praia Formosa, en Santa María; y Ribeira Quente en São Miguel.
¿Estás pensando en ir a nadar? Bueno, pues entonces debes saber que las temperaturas del agua alcanzan máximas de 23 ° C en verano, pero descienden a 17 ° C en invierno.
Experimentar un festival tradicional
Desde temáticas religiosas hasta musicales e incluso marítimas, los meses más cálidos son cuando las islas cobran vida con festivales, y cada isla tiene su propio calendario de eventos.
Uno de los mejores festivales tradicionales que ver en las Azores es las Festas do Senhor Santo Cristo dos Milagre, que se celebran anualmente en Ponta Delgada, en la isla de São Miguel. Esta fiesta religiosa, con procesiones y celebraciones, honra al Santo Cristo de los Milagros y atrae a miles de peregrinos.
Otro evento clave son las Sanjoaninas, en la isla Terceira. Son unas fiestas dedicadas a San Juan, ofreciendo desfiles y espectáculos culturales durante varios días de junio.
La Semana do Mar, en Horta (isla de Faial), es un festival de temática marítima. Celebrado en agosto, incluye regatas de yates, conciertos y diversos deportes acuáticos, lo que refleja la profunda conexión de los isleños con el océano.
Probar la gastronomía
Conocer un destino a través de su mesa es un imprescindible en cualquier viaje que se precie.
La gastronomía de las Azores se caracteriza por su dependencia de ingredientes frescos de origen local y sus ricas tradiciones culinarias, que reflejan el aislamiento geográfico y la cultura marítima del archipiélago.
Destacan los mariscos, incluidas delicias como lapas, pulpos y diversas especies de pescado, a menudo preparados simplemente para resaltar sus sabores naturales.
Un plato destacado es el cozido das Furnas, un guiso de carne y verduras cocinado con calor geotérmico del suelo volcánico, dándole un sabor único. Los productos lácteos, especialmente el queso de la isla de São Jorge, son muy apreciados por su calidad y sabor.
El fértil suelo volcánico de las Azores también sustenta una agricultura diversa, que produce excelentes piñas, ñames y té, este último cultivado en las únicas plantaciones de té de Europa.
Dulces tradicionales, como la massa sovada (pan dulce) y las queijadas (especie de natillas), completan la experiencia gastronómica y ofrecen un delicioso final a una comida cargada de herencia regional.
Artículo escrito por David Escribano, de Viajablog