Sentir que el mundo se ha dado la vuelta y que el aire está mojado, que el agua sube y que los pájaros bucean. Eso es lo que sucede cuando uno se asoma a la Garganta del Diablo en las Cataratas de Iguazú. Un lugar a medio camino de la naturaleza más salvaje y el parque al que ir a sacar al perro, apto para todos los públicos y capaz de emocionar por igual al más tranquilo y al más intrépido. Habrás oído decir que si el lado argentino, que si el lado brasileño, que si un día, que si dos, que si en barco, que si en helicóptero… da igual lo que decidas, siempre acabarás sorprendido.
La Garganta del Diablo, la catarata más popular de Iguazú está “compartida” entre Argentina y Brasil. Por algún sitio hay que empezar y ya que se dice siempre que “Argentina tiene las cataratas pero Brasil la mejor vista”, el lado argentino será por el primero que nos asomaremos.
Caminar entre cataratas
Para llegar al lado argentino de la Garganta del Diablo puedes caminar o montar en el tren que sale de la entrada del parque nacional de Iguazú. Al llegar a la segunda parada comienza el paseo elevado sobre el cauce del río. Te vas cruzando con gente que camina en sentido contrario con la ropa empapada y, poco a poco, va llegando el estruendo del agua a tus oídos y comienzas a ver el vapor de agua que sale del fondo de la tierra. Estás frente a una de las siete maravillas naturales del mundo y todo se da la vuelta. El aire está lleno de agua pero lo puedes respirar. Si te fijas en el agua, acabará por parecerte que sube en lugar de caer por la cantidad de litros por segundo que pasan por allí. Los pájaros se lanzan al interior de la garganta y desaparecen entre la bruma: parece que prefieren mojarse que volar en el aire.
En el resto del lado argentino caminarás pegado a los saltos de agua en sus dos circuitos, el inferior y el superior, con lo que acabarás más mojado si cabe. Pero aún hay más: el parque natural se puede convertir en uno de atracciones si montas en una de las lanchas que se acercan hasta casi colocarse debajo de los saltos –ahí es imposible que te mantengas seco, de hecho te dan una bolsa estanca para guardar tus cosas en la barca–. O en un parque de aventuras con un sendero por la selva de casi siete kilómetros: el sendero Macuco.
Las Cataratas de Iguazú son un lugar único y, tanto aquí como en el resto del país, has de estar siempre cubierto ante cualquier incidente que pudiera surgir. ¿Imaginas que un resbalón paseando por los húmedos caminos de esta zona se convirtiera en un esguince y en carísimas visitas a centros médicos de dudosa calidad? Contar con un seguro de viaje a Brasil te asegura estar en las mejores manos si algo así pasara y ser atendido por los mejores profesionales sin pagar nada de tu bolsillo. El IATI Estrella es el mejor seguro para este destino y, además de elevadísimas coberturas médicas, te protegerá también con otras para casos como robo, problemas con tu equipaje, vuelos, deportes de aventura o, entre muchas otras, si necesitaras ser repatriado. No te la juegues, viaja siempre con la tranquilidad de estar en las mejores manos y hazte ahora con tu seguro:
Ver las cataratas desde un palco
En el lado brasileño, la Garganta del Diablo se ve desde media altura: desde unas plataformas colocadas sobre otras cascadas del Iguazú. Hasta allí se llega caminando o en autobús desde la entrada. Desde abajo parece como si esa cantidad de agua fuera a llevarse todo por delante –cosa que pasó no hace mucho tiempo, también hay que decirlo–, pero acaba discurriendo tranquila bajo tus pies y el suelo de rejilla de la plataforma. El arco iris que aparece sobre la Garganta del Diablo será el más perfecto y definido que hayas visto nunca y lo verás prácticamente seguro.
El resto del Parque Nacional do Iguaçu cuenta con senderos con animales salvajes, rutas de paseo, tours guiados… con un coste extra al de la entrada. Y, por supuesto, con unas fabulosas vistas de las cataratas del lado argentino.
Nuestra recomendación es pasar dos días en las cataratas de Iguazú: uno para cada lado y en el orden que prefieras o que mejor te venga, porque ninguno te va a decepcionar. Lo que sí que hay es diferencia en la frontera: en la argentina, tendrás que sellar tu pasaporte a la entrada y a la salida del país, pero no será necesario ningún trámite en la frontera brasileña si es una excursión de un día. Atento: si vas a seguir tu viaje por Brasil tienes que informar al conductor del autobús para que te pare en la frontera y hacer todo el papeleo si no quieres tener problemas más adelante.
Este es uno de los lugares más maravillosos que verás durante esta aventura. Como queremos que, además, disfrutes al máximo el resto de tu viaje, hemos creado para tu estas dos guías súper completas repletas de información que te será muy útil para organizar tu viaje, no te las pierdas:
2 comentarios en “La Garganta del Diablo en las Cataratas de Iguazú”
FELICIDADES!!! por toda esta información sobre Argentina.
Hola Marita. Nos alegra mucho que te haya gustado. Un abrazo.