Islandia es un país sobrecogedoramente bello. Uno de esos escasos lugares de nuestro planeta en los que aún la madre naturaleza tiene un poder apenas limitado por la presencia del hombre. Es complicado abarcar todos los atractivos de este salvaje país, pero el Círculo Dorado de Islandia supone un buen resumen de ellos.
Islandia es conocida como la tierra del fuego y el hielo, como si fuera la protagonista de los famosos libros de George R. R. Martin que sirvieron de base para crear la serie de HBO, ‘Juego de Tronos’. No en vano, muchas localizaciones de la serie se hallan en este país.
Glaciares, cascadas, lagos, volcanes, montañas, playas salvajes, fiordos, acantilados y ríos son los principales protagonistas de un paisaje en el que se echan en falta los bosques, talados sin mesura por los primeros colonizadores de la isla.
Todo viajero que se aventura a recorrer esta fascinante tierra, sabe que tendrá la oportunidad de desconectar de todo y mirar, cara a cara, a la naturaleza.
Una forma de hacer esto en un solo día, es recorriendo el Círculo Dorado de Islandia.
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Qué es el Círculo Dorado de Islandia
Lamentamos decirte que no vas a encontrar oro en el Círculo Dorado de Islandia. El nombre no es más que un buen producto de marketing, por aquello de que ese metal siempre ha sido identificado con algo realmente precioso.
El Círculo Dorado islandés hace referencia a la ruta que te llevará a recorrer, en una distancia relativamente corta, tres de los lugares más hermosos e importantes del país: el Parque Nacional de Thingvellir, el área geotérmica de Geysir y la cascada de Gullfoss.
Antes de facilitarte la información práctica sobre un viaje por estos lugares, vamos a contarte qué maravillas te esperan.
Qué ver en el Círculo Dorado de Islandia
Sin seguir un orden específico, estos son los tres lugares que podrás admirar en el Círculo Dorado de Islandia:
El Parque Nacional de Thingvellir
El Parque Nacional de Thingvellir es uno de los escasos lugares de Islandia en los que se aúnan la importancia paisajística e histórica.
Uno de los tres parques nacionales que podemos encontrar en el país, Thingvellir es el único que ha sido designado como Patrimonio de la Humanidad por la Unesco.
Se encuentra tan sólo a 47 km del Reikiavik y es una visita obligada si vas a pasar unos días en la capital.
Desde el punto de vista natural y geológico, este parque es algo sublime. En él podrás descubrir los secretos de la formación de Islandia, pues, en cierta medida, aquí se puede vislumbrar el punto en el que las placas tectónicas de Norteamérica y Eurasia se miran frente a frente. De la separación de ambas nació Islandia.
Puedes caminar por las grandes grietas rocosas… ¡E incluso bucear en ellas! Es el caso de la grieta de Silfra. Cada día se organizan excursiones de buceo o snorkel en esas aguas gélidas y poderosamente transparentes. Los que realizan la hazaña lo comparan con sumergirse en las cavidades del principio de los tiempos.
De regreso en la superficie, Thingvellir nos ofrece un sinfín de panorámicas sobre el inmenso lago Thingvallavatn, antiguos cráteres y cascadas, como la de Öxarárfoss.
Sin embargo, a pesar de atesorar tal belleza natural, la importancia histórica de este lugar no se queda atrás.
Y es que, fue aquí donde nació, en el año 930, el Althing. Según los registros, este es el parlamento más antiguo del mundo.
Aquí se reunían los jefes de las distintas comunas y regiones de Islandia para debatir y tomar decisiones. No lo hicieron sabiendo que era un lugar de gran importancia geológica, sino que la acústica y la vasta extensión disponible lo hacían ideal para reunir a miles de personas y hacer que los parlamentarios pudieran ser escuchados por todos.
A día de hoy, Thingvellir sigue teniendo una importancia vital en Islandia e incluso hay unas casas reservadas para la estadía del presidente del país.
Área geotérmica de Geysir
¿Nunca te habías preguntado de dónde venía el origen de la palabra “géiser”? Pues tendrás que viajar al Círculo Dorado de Islandia para averiguarlo. Concretamente, al valle de Haukadalur.
Allí encontrarás fumarolas y lagunas de azufre, barro y agua hirviendo. Y, por supuesto, también hay géiseres.
El más grande de ellos fue el que dio nombre a todos los demás. Sin embargo, debido a la actividad tectónica local y al intrusismo humano, es muy raro verlo emerger de las profundidades de la tierra. La última gran explosión registrada data del año 2000, cuando el chorro de agua llegó a alcanzar los 122 metros de altura.
El que acude puntual a la cita, cada 5-7 minutos y expulsando agua hirviendo a unos 30-40 metros de altura, es el géiser Strokkur.
La cascada de Gullfoss
La tercera de las atracciones naturales principales del Círculo Dorado de Islandia es la cascada de Gullfoss.
Además, el nombre, que significa “dorado (o de oro)” en islandés, cierra el círculo de una manera deliciosamente literal.
Esta cascada es realmente maravillosa y poderosa.
Tiene dos saltos diferenciados, sumando una caída total de 32 metros. Durante la época que el río Hvita (germen de la cascada) llega con mayor caudal (suele ser en verano), llega a verter 140 metros cúbicos de agua por segundo.
En los días soleados el espectáculo es aún mayor, pues se forman bellos arcoíris sobre el vapor de agua.
En verano puedes acercarte casi hasta tocar el agua. Sin embargo, en invierno el acceso inferior suele estar cortado. Por el contrario, el espectáculo visual invernal es simplemente inolvidable, con esos témpanos de hielo que congelan y capturan la furiosa caída del agua.
Gullfoss también posee una historia interesante, pues la cascada no existiría si no fuera por la acción reivindicativa de Sigridur Tomasdottir, considerada la primera luchadora medioambiental europea.
A principios del siglo XX, inversores extranjeros quisieron construir aquí una presa para conseguir energía hidroeléctrica. Sigridur, hija del granjero que habitaba las tierras en las que se encontraba Gullfoss, se opuso a ello y llevó el caso a los tribunales.
Famosa es su marcha a pie hasta Reikiavik. El abogado que la representó, Sveinn Bjornsson, acabó siendo el primer presidente de la República de Islandia.
Cuál es la mejor época para visitar el Círculo Dorado de Islandia
Es complicado definir cuál es la mejor época para visitar el Círculo Dorado en Islandia.
Si no te gusta demasiado el frío extremo, será mejor que realices este viaje entre mayo y agosto, cuando las temperaturas islandesas se suavizan considerablemente.
Sin embargo, también es cierto que el paisaje posee un magnetismo impresionante en invierno. Sobre todo, es el caso de la cascada de Gullfoss, ya que en esa época del año los alrededores se muestran totalmente cubiertos de nieve y parte del caudal de la cascada aparece congelado.
Además, debes tener en cuenta que si visitas el Círculo Dorado en la época fría (entre octubre y marzo), tendrás unas posibilidades muy altas de admirar sus espectaculares paisajes con las auroras boreales de fondo. Es una estampa totalmente inolvidable.
Entre finales de julio y la primera quincena de julio, el sol de medianoche islandés es el gran protagonista. Aplicado al Círculo Dorado, podrás verlo con esos tonos rosáceos y purpúreos en el cielo a las 2 de la mañana.
Los trabajos de mantenimiento de las carreteras de acceso al Círculo Dorado son muy frecuentes, pero eso no es óbice para que siempre consultes el parte meteorológico y el estado de las carreteras. Las mejores webs para hacerlo son Vedur.is y Road.is.
Cuánto tiempo es necesario parar recorrer el Círculo Dorado de Islandia
La mayoría de visitantes disfrutan del Círculo Dorado de Islandia en una sola jornada. Es algo que se puede hacer partiendo desde la capital del país, Reikiavik, tanto si tomas una excursión organizada como si decides conducir tu propio vehículo de alquiler.
Sin embargo, si quieres disfrutar de estos magníficos lugares con la tranquilidad que se merecen, te aconsejamos que dediques dos días a la experiencia.
Sólo el Parque Nacional de Thingvellir tiene suficientes atractivos, y extensión, para dedicarle un día completo.
Además, si dispones de algo más de tiempo, podrás visitar otros lugares cercanos que merecen la pena, como el cráter de Kerid, la termal Laguna Secreta de Fludir o la histórica pedanía de Skalholt.
Qué distancia se debe recorrer para visitar el Círculo Dorado de Islandia
El Círculo Dorado es muy accesible, por carretera, desde Reikiavik.
Desde el centro de la capital, hay unos 47 km a la atracción más cercana, el Parque Nacional de Thingvellir. La más alejada de todas es la cascada de Gullfoss, que se encuentra a unos 115 km al este de Reikiavik.
El viaje de ida y vuelta supone un recorrido de unos 233 km, que se puede realizar en unas 3 horas y media de conducción, sin contar las paradas.
Ahora, ya estás listo para disfrutar de esta maravilla natural e histórica que brilla con luz propia en la tierra de hielo y fuego.
¡Esta guía del Círculo Dorado te lo pone todo mucho más fácil para exprimir este destinazo! Además, te hemos preparado estas guías detalladas que no quieres perderte:
Artículo escrito y fotos tomadas por David Escribano, de Viajablog