¿Estás pensando en explorar la Isla Esmeralda? Pues en IATI te queremos ayudar con un magnífico itinerario de 10 días por Irlanda que te mostrará lo mejor de un destino que tiene mucho que ofrecer.
Irlanda es una tierra repleta de misterios, leyendas y paisajes memorables. Una cultura ancestral protagonizada por una población cuyo carácter relajado, socarrón y extremadamente hospitalario los convierte en perfectos anfitriones.
Prepárate para asomarte a dramáticos acantilados desde los que contemplar la bravura del océano; para brindar con densa cerveza negra mientras una banda de música celta hace danzar de alegría a toda la parroquia de un pub; para vagar por largas y vírgenes playas de arena dorada, enmarcadas por dunas cubiertas de verde; para internarte en bosques milenarios; para absorber la cultura urbanita de sus vibrantes ciudades; o para vivir el pasado entre las elevadas torres pétreas de palacios, castillos, catedrales y monasterios.
Entre las mejores cosas que ver en Irlanda descubrirás varias caras de un solo país. Todas ellas distintas, y todas ellas igualmente atractivas. ¡Bienvenido a la Isla Esmeralda!
Contenidos
Día 1: Dublín
Normalmente, cualquier itinerario por Irlanda comenzará por su capital, Dublín.
La vieja Baile Átha Cliath – su nombre en gaélico – es una urbe de grandes contrastes que se extiende a lo largo de las dos orillas del río Liffey. Por un lado, es un auténtico crisol de culturas y, por otro, conserva su ancestral aire celta.
Buena culpa de la mezcla cultural la tiene el milagro económico que vivió Irlanda a finales del siglo XX y principios del XXI. En aquella época se llegó a conocer al país como el Tigre Celta. El secreto residió en atraer a importantes multinacionales extranjeras ofreciéndoles grandes ventajas fiscales.
Esto trajo consigo una gran oleada de inmigración procedente de todos los rincones de Europa y otras partes del mundo.
Hoy en día, al caminar por las calles de Dublín podrás escuchar decenas de idiomas diferentes. Eso también se nota en los comercios, restaurantes, celebraciones culturales y demás facetas de la vida diaria.
Un crisol de culturas que, sin duda, enriquece a una capital realmente interesante.
Pasea por sus maravillosos parques, como los céntricos St. Stephen’s Green y Merrion Square, o el grandioso Phoenix Park, donde puedes ver a ciervos correteando libremente; diviértete en los pubs de la archiconocida zona de bares, Temple Bar, o la animada George Street; cómprate algo en las arterias comerciales de Grafton Street, O’Connell Street o Parnell Street; y visita interesantes museos, el histórico Trinity College – con su maravillosa biblioteca, digna de una de las películas de Harry Potter – y el castillo de Dublín.
La vida rebosa en la mejor ciudad que ver en Irlanda.
Día 2-3: Wiclow, Killarney y el Anillo de Kerry
Dejamos la capital para comenzar a descubrir la magnífica naturaleza que ver en Irlanda.
Para ello nos dirigiremos al sur. A poco más de una hora en coche de Dublín, se encuentran las escarpadas montañas de Wicklow, en las que te esperan yacimientos arqueológicos y un sinfín de opciones de senderismo, con caminos que se internan entre cimas cubiertas de coloridos matorrales, antiguos lagos y parches boscosos.
Hay rutas que van desde poco más de una hora hasta varios días, pudiendo hacer noche en distintos refugios y vivir profundamente la salvaje naturaleza irlandesa.
En cuanto al legado histórico, aquí puedes visitar el conjunto monástico de Glendalough, levantado por San Kevin y sus seguidores entre los siglos VIII y XII. Una auténtica joya patrimomial.
Tras esta parada de medio día, te recomendamos que te dirijas, en diagonal, hacia el suroeste de la Isla Esmeralda. La costa Atlántica irlandesa es simplemente maravillosa.
Así llegarás a la medieval población de Killarney, puerta de entrada al Anillo de Kerry, uno de los recorridos en coche más bellos que ver en Irlanda… ¡Y Europa!
Dedica esa tarde noche a pasear por las calles de Killarney y empaparte de su ambiente vacacional y conduce todo el día siguiente, sin prisa, deteniéndote en los mejores lugares del Anillo, como el castillo de Ross, la playa de Rossbeigh, el paso de Moll’s Gap o la cascada de Torc, sin olvidar las islas Skellig, que se hicieron famosas tras albergar el rodaje de distintas escenas de películas de la saga de ‘Star Wars’.
Día 4: Península de Dingle
Justo al norte del Anillo de Kerry se encuentra la romántica península de Dingle. Recorrerla en coche es otra de las mejores cosas que hacer en Irlanda.
Si le puedes dedicar dos días, mucho mejor, pero también puedes hacerlo en una sola jornada bien aprovechada.
Dingle representa el típico paisaje irlandés, en todo su amplio significado, y es un auténtico “must” en cualquier itinerario por Irlanda. Pequeñas aldeas pesqueras, con sus casas de coloridas fachadas, se intercalan con vastos prados verdes salpicados de flores, suaves colinas, playas infinitas y acantilados batidos incesantemente por las bravas y grisáceas aguas del Atlántico.
La playa de Inch, el mirador que te regala una panorámica de las Islas Blasket o la población de Dingle son algunas paradas imprescindibles en este día. El tramo de carretera conocido como Slea Head es simplemente maravilloso.
Día 5-6: Acantilados de Moher, Galway y Parque Nacional de Connemara
Con pena en el corazón, toca despedirse del suroeste de la Isla Esmeralda para seguir ascendiendo a lo largo de la costa occidental.
La siguiente parada ineludible de tu ruta por Irlanda se encuentra en los Cliffs of Moher (los Acantilados de Moher). Es el lugar más visitado de Irlanda (más de un millón de personas al año), por lo que debes esperar un buen número de turistas, sobre todo en la época estival.
Los acantilados de Moher no son los más altos del país – la altura media es de 120 metros y el punto más alto alcanza los 214 metros sobre el mar -, pero sí los más espectaculares, tanto por su ubicación como por su extensión (unos 8 km). Si quieres dedicarle unas horas, te aconsejamos que tomes los senderos que los recorren. En cuanto dejes la zona cercana al centro de visitantes, estarás prácticamente solo con esos colosos de la naturaleza.
Después llega el momento de volver a la civilización en Galway.
Galway es una ciudad de apenas 80.000 habitantes. Posee una atmósfera muy relajada y estudiantil, dándote la sensación de que siempre estás de vacaciones. Su centro histórico está repleto de pubs donde escuchar música en directo, pequeñas tiendas, museos y plazas llenas de vida.
Es la parada ideal en este itinerario por Irlanda antes de enlazar con el norte del país.
En tu camino hacia el ancestral noroeste de Irlanda encontrarás el Parque Nacional de Connemara, escasamente transitado, hermosamente auténtico y en el que destaca, como obra casi exclusiva del ser humano en la zona, la Abadía de Kylemore, un convento de monjas benedictinas que se fundó sobre un antiguo castillo y cuya imponente silueta, rodeada de vegetación, se ve reflejada sobre las aguas de un lago.
Día 7-8: Donegal y Sligo
El noroeste de Irlanda es una de las zonas menos visitadas del país. Esa es una de las razones por las que te recomendamos que te tomes tu tiempo allí.
Otro de nuestros argumentos es que es en los condados de Sligo y Donegal donde las raíces gaélicas aún medran con fuerza. Los estudiantes de todo el país son enviados a esta zona para realizar inmersiones en la cultura ancestral irlandesa.
La gente que encontrarás en los pequeños pueblos, granjas y escasas ciudades es totalmente auténtica y extremadamente hospitalaria. Compruébalo disfrutando de una Guinness en cualquiera de los pubs de Sligo o la minúscula villa de Dunfanaghy.
En el camino verás centenares de granjas, pero también hay zonas naturales no tocadas por el hombre que debes visitar.
Una de ellas son los acantilados de Slieve League. Apenas visitados y lejos del recorrido turístico, estos gigantes de piedra se elevan 600 metros sobre el mar, siendo uno de los acantilados costeros más altos de Europa. Para explorarlos a fondo, toma el sendero que serpentea entre ellos durante kilómetros.
Otro lugar imprescindible es el Ards Forest Park, un espacio natural de unas 480 hectáreas que esconde uno de los últimos ejemplos del antiguo bosque irlandés. Por último, y si aún dispones de tiempo, el Parque Nacional de Glenveagh ofrece un antiguo castillo, lagos, montañas, jardines botánicos, cascadas, miradores y vida salvaje. Perfecto para realizar caminatas al aire libre.
Día 9: Atravesando Irlanda del Norte
En nuestro noveno día de este gran itinerario de 10 días por Irlanda dejamos atrás la República de Irlanda para internarnos en Irlanda del Norte.
Realmente, el paisaje cambia poco, pero sí tenemos una moneda diferente – la libra esterlina – y un acento inglés distinto al de los irlandeses del sur.
Si eres fan de la famosa serie de HBO, ‘Juego de Tronos’, quizá identifiques varios de los lugares por los que pases, pues aquí se grabaron numerosas escenas de distintas temporadas. La localización más famosa de todas es The Dark Hedges, un pequeño tramo de carretera en el que las hayas de ambos lados abrazan sus ramas en el medio, creando una especie de túnel arbóreo. En la serie es ‘La Calzada del Rey’.
En tu camino hacia la capital, Belfast, puedes visitar lugares como el castillo de Dunluce, que luce imponente en su atalaya sobre el mar; el puente colgante de Carrick-A-Rede, que se extiende entre dos acantilados; y la Calzada del Gigante, que es el lugar natural más visitado de Irlanda del Norte.
La Calzada del Gigante está compuesta por un buen número de columnas de basalto, de forma perfectamente hexagonal, enfrentadas al mar. Aunque está demostrado su origen geológico, no faltan las leyendas sobre batallas entre gigantes de otra época. ¡Y las leyendas son siempre más apasionantes que la realidad!
Día 10: Belfast y despedida de Dublín
Tras saborear muchas de las mejores cosas que ver en Irlanda, llega el momento de poner fin a tu ruta. Antes, conviene pasar unas horas en la capital de Irlanda del Norte, Belfast, una ciudad que ha mejorado ostensiblemente durante las últimas dos décadas, pasando de ser una ciudad industrial y económicamente deprimida, a una moderna urbe con grandes reclamos culturales.
Sin duda, en esta última categoría debemos encuadrar la experiencia de visitar Titanic Belfast, un impactante museo interactivo, alojado en un vanguardista edificio con forma de barco, que te permite adentrarte en los pormenores de la triste historia del transatlántico más famoso de la historia: el RMS Titanic.
El Titanic fue construido en los astilleros de Belfast en 1911.
Seguir la ruta de los murales de Belfast y tomarse algo en alguno de sus pubs históricos, como The Crown Liquor Saloon o White’s Tavern – este último, fundado en el siglo XVII –, son otros buenos planes a realizar antes de regresar a Dublín y despedirte de una de las islas más bellas de Europa.
Artículo escrito por David Escribano de Viajablog.