Intentar enumerar las mejores cosas que ver en Río de Janeiro resulta casi tan complicado como determinar los decimales del número pi. Son tantas, que podría llevarnos casi una vida descubrirlas todas.

El simple nombre de Río de Janeiro ya suena cantarín, alegre y exótico. Parece que Estácio de Sá – el noble portugués que fundó la ciudad en 1565 para proteger la región de las incursiones francesas – ya sabía cuál iba a ser el carácter futuro de la gente que la habitara.

Y es que, los cariocas parecen haber nacido con el simple – o no tan simple – cometido de disfrutar al máximo de la vida. Y parece que lo consiguen. De hecho, es famoso el dicho extendido por todo Brasil: “a São Paulo uno va a trabajar, pero a Río uno va a divertirse”.

Quizá esa deliciosa tarea del gozo sin fin sea algo más sencilla cuando se habita en un lugar donde las olas del océano besan la arena al compás de la samba; las caipiriñas despiertan el deseo y el calor de los corazones; y la vegetación aún parece querer reclamar al asfalto una ciudad que en un principio fue suya.

Gozar de las mejores cosas que hacer en Río de Janeiro es equivalente a gozar de la vida en sí. Estos son algunos ejemplos imprescindibles para cualquiera que se plantee una primera visita a la urbe carioca.

El Cristo Redentor, símbolo de Río y de Brasil

Entre los mejores lugares que ver en Río de Janeiro, hay uno que destaca por encima de todos: la imponente estatua del Cristo Redentor.

Con sus brazos abiertos, el Jesús de Nazaret, de 30 metros de altura y hecho de piedra jabón, se alza majestuosamente en la cima de la montaña Corcovado.

La obra fue finalizada en 1931, y desde entonces se ha convertido en un hito espiritual y cultural que atrae a millones de visitantes de todo el mundo cada año. La panorámica que ofrece el lugar es, sin duda, la mejor que ver en Río de Janeiro, con toda la ciudad a tus pies.

Podrás llegar al Cristo Redentor realizando un bello viaje en tren a través del Parque Nacional Tijuca o en un taxi o colectivo. Después, tendrás que elegir entre caminar o tomar un ascensor que te lleve a la plataforma de observación.

Más allá de su grandeza visual, el Cristo Redentor tiene un significado religioso importante para muchos brasileños y sirve como símbolo de la presencia duradera del cristianismo en el país.

El Cristo Redentor, símbolo de Río y de Brasil

El Pan de Azúcar

Otro punto elevado que figura entre las mejores atracciones que ver en Río de Janeiro es el Pan de Azúcar (Pão de Açúcar).

Se trata de una montaña, con redondeada forma – de ahí su nombre -, que se erige algo más de 390 metros sobre la recogida bahía de Guanabara. Como ocurre con el Cristo Redentor, el Pan de Azúcar también regala unas vistas inolvidables.

Para subir al Pão debes tomar un teleférico histórico, que lleva operando desde 1913. El primer tramo del recorrido conecta Praia Vermelha con Morro da Urca (220 metros de altitud), mientras que el segundo te lleva a tu destino sobre una montaña redondeada que, además de ser un gran mirador, también ofrece magníficas oportunidades para practicar la escalada. Se trata de una ruta técnica de nivel V+.

qué ver en Rio de Janeiro

Playa de Copacabana

Pasear por la playa de Copacabana es una de las mejores cosas que hacer en Río de Janeiro. Quizá no exageremos si decimos que es uno de los arenales más famosos del mundo.

Y es que Copacabana no es sólo una playa. Es todo un símbolo de la cultura carioca. En sus 4 kilómetros de arena blanca verás gente de todo tipo tomando el sol, practicando deportes – siendo el vóley playa, el futvóley y el fútbol playa lo más populares -, dándose un baño o tomándose algo.

Y si la playa, bañada por aguas turquesas, está concurrida durante todo el año, no es distinto su mítico paseo marítimo, diseñado por el paisajista brasileño Roberto Burle Marx en 1970. Sobre sus piedras portuguesas – blancas, negras y rojizas, que crean dibujos de olas – pasean decenas de miles de personas a diario, mostrando su mejor versión en una ciudad donde el culto al cuerpo forma parte de la cultura de sus habitantes.

Copacabana

Playa de Ipanema

Y si la playa de Copacabana es famosa, la de Ipanema no se queda atrás.

La internacionalización de Ipanema vino dada, entre otras razones, gracias a la famosa canción de bossa nova, ‘Garota de Ipanema’, compuesta en 1962, con letra de Vinícius de Moraes y música de Antônio Carlos Jobim.

Pero no es necesario aplicar música a Ipanema para convertir a esta maravilla en uno de los lugares más bellos que ver en Río de Janeiro.

La playa se extiende a lo largo de 2 kilómetros y está enmarcada por las bravas aguas del Atlántico, las imponentes montañas de Dois Irmaos y los modernos edificios que albergan restaurantes, hoteles, apartamentos turísticos, restaurantes y variados comercios.

Hasta mediados del siglo XX, Ipanema era un barrio de pescadores, pero hoy en día es una de las zonas más vibrantes y bohemias de la ciudad. Ideal para que te des un baño en la playa, pero también para gozar de buena música, la gastronomía carioca y conocer gente.

Playa de Ipanema

Parque Nacional de Tijuca

Si te gusta la naturaleza, te alegrará que te contemos que una de las mejores cosas que hacer en Río de Janeiro es visitar el salvaje Parque Nacional de Tijuca.

El Parque Nacional de Tijuca es un oasis verde ubicado en el corazón de Río de Janeiro. Abarca más de 3.300 hectáreas de exuberante selva tropical y posee el honor de ser uno de los bosques urbanos más grandes del mundo, ofreciendo un refugio de biodiversidad a pocos minutos de las bulliciosas calles de Río.

Cálzate unas buenas botas de senderismo y aventúrate por la densa red de senderos panorámicos que se internan en el parque, atravesando densos follajes y conduciendo a cascadas, tranquilas piscinas de agua y espectaculares miradores.

Si eres un apasionado ornitólogo, también tendrás una gran recompensa en forma de tucanes, loros y otras especies exóticas.

Además de sus maravillas naturales, el Parque Nacional de Tijuca cuenta con varios monumentos culturales e históricos, incluida la icónica estatua del Cristo Redentor y el pico de granito de Pedra da Gávea. El parque también presenta restos del pasado colonial de Brasil, como las ruinas de una plantación de café del siglo XIX.

Excursión desde Rio de Janeiro

Barrio de Lapa

Otra de las mejores cosas que hacer en Río de Janeiro es explorar la vida de sus barrios más emblemáticos.

El Barrio de Lapa te dará la oportunidad de mezclarte con la vida local. Famoso por los icónicos Arcos de Lapa, una maravilla arquitectónica que se remonta a la época colonial, el bullicioso Lapa cobra vida, sobre todo, por la noche, cuando abren sus puertas una gran variedad de clubes de samba, locales de música en vivo y bares eclécticos, donde podrás bailar toda la noche al ritmo contagioso de la música brasileña.

Durante el día, Lapa posee otra cara, también atractiva. Ese será el mejor momento para dar un paseo y disfrutar de su colorido arte urbano, las pequeñas cafeterías y sus variados mercados, que son, en Río como en cualquier otra ciudad, lugares ideales para observar a la gente local.

Barrio de Lapa, en Rio de Janeiro

Estadio Maracaná

No hace falta ser un apasionado futbolero para haber oído hablar del mítico estadio Maracaná.

El estadio Maracaná es uno de los recintos deportivos más emblemáticos del mundo.

Construido expresamente para el Mundial de Fútbol de 1950, Maracaná ha sido testigo de innumerables momentos inolvidables en la historia de este deporte, ​​incluido el famoso ‘Maracanazo’ – el gol con el que Uruguay arrebató la copa a Brasil en el Mundial de 1950 – y el gol número 1.000 de Pelé (en noviembre de 1969, en un partido entre el Santos y el Vasco de Gama).

En su día, la capacidad del estadio llegó a ser de 140.000 espectadores, aunque tras varias reformas, ahora son cerca de 78.800 los aficionados que pueden presenciar un partido en este templo del deporte rey.

Para la memoria queda esa final de 1950 que ostenta el récord mundial de gente viendo un partido en directo. Según las estimaciones, ese día entraron más de 173.000 personas al estadio.

Mucho más desahogado te sentirás en el tour en el que te enseñan las instalaciones y te cuentan la historia de Maracaná, algo que merece la pena hacer en Río de Janeiro incluso aunque no te guste el fútbol.

Visitar el Estadio de Maracaná

Barrio de Santa Teresa

Conocido como el ‘Montmartre Carioca’, el barrio de Santa Teresa se despliega, con su exuberante colorido, por la ladera de uno de los morros de Río.

Pasear por Santa Teresa es una de las mejores cosas que hacer en Río de Janeiro. A sus sinuosas calles adoquinadas se asoman mansiones de la época colonial, pequeños negocios, restaurantes y mercadillos.

Además, posee una vibrante escena artística. Aquí encontrarás numerosas galerías de arte, talleres y bonitas cafeterías en las que se reúnen artistas e intelectuales.

Admirar los originales murales urbanos, visitar el histórico Parque das Ruinas o darse una vuelta en el icónico tranvía de Santa Teresa son algunos buenos para disfrutar del barrio.

Qué y hacer en Rio de Janeiro

Museo Nacional de Bellas Artes

Para conocer la idiosincrasia del espíritu artístico brasileño debemos incluir el Museo Nacional de Bellas Artes en nuestra lista de lugares que ver en Río de Janeiro.

Se trata de una de las instituciones culturales más importantes de Brasil.

Fundado en 1937, alberga una colección de más de 20.000 obras de artistas brasileños e internacionales, abarcando desde el siglo XVII hasta la actualidad.

Las colecciones incluyen pinturas, esculturas, dibujos, grabados y artes decorativas, que muestran la diversidad y riqueza de las expresiones artísticas a lo largo de la historia. Aquí encontrarás trabajos de reconocidos artistas brasileños como Candido Portinari y Victor Meirelles, así como de maestros europeos como Rembrandt y Rodin.

Sentirse como un carioca en Río de Janeiro es toda una forma de vida.

Jardín Botánico de Río de Janeiro

Si el ajetreo urbano te ha superado y ya conoces el Parque Nacional de Tijuca, te aconsejamos que te acerques a visitar el Jardín Botánico de Río de Janeiro.

Con una extensión de algo más de 140 hectáreas, este jardín -fundado en 1808 por el rey Juan VI de Portugal – alberga una de las colecciones de plantas y árboles tropicales más diversas del mundo, incluyendo más de 6.500 especies.

Camina por senderos flanqueados por esbeltas palmeras y árboles provenientes de todos los rincones del mundo. El Orchidarium, con más de 1.000 especies de orquídeas, no tiene desperdicio.

Además, aquí también se organizan conciertos y otros eventos culturales.

Visitar el Jardín Botánico


Artículo escrito por David Escribano, de Viajablog