¿Quién no ha soñado con viajar a México y visitar las famosas pirámides mayas de Chichén Itzá? Obviamente, el complejo arqueológico que se alza como una de las Siete Maravillas Del Mundo Moderno, merece una visita. Sin embargo, si tu ruta mexicana no pasa por Yucatán sino por la capital, deberías considerar visitar otro complejo: Teotihuacán.
Aunque muchos piensan que la ciudad de Teotihuacán fue construida por los aztecas, nada más lejos de la realidad. Es cierto que los aztecas habitaron la ciudad, pero sin embargo, ésta ya había sido construida antes de su llegada.
Teotihuacán es uno de los lugares más destacados que visitar cerca de Ciudad de México, por lo que en esta propuesta que te traemos desde IATI, expertos en seguros de viaje México, queremos llevarte de viaje al pasado y hacerte soñar con pirámides, aventuras y un mundo muy diferente…
Érase una vez…
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Visitar Teotihuacán seguro
A Teotihuacán vas para disfrutar y para empaparte con la magnificencia de este espectacular lugar. Por ello, y tal y como advierte el propio Ministerio de Asuntos exteriores, es imprescindible contar con un seguro para viajar a México que te proteja de inicio a fin. Un resbalón tonto mientras bajas de la Pirámide de la Luna que te causara un pequeño esguince, se podría convertir en elevadas facturas en centros médicos. El IATI Mochilero es el mejor seguro para este destino y, además de grands coberturas para tu salud, cuida de ti también en casos como robo, incidente con tu equipaje, problemas con tus transportes e incluso mientras practicas deportes de aventura.
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Un poco de historia sobre Teotihuacán
Hace muchos, muchos años… Un pueblo del que nada se sabe con certeza habitaba la ciudad que hoy conocemos como Teotihuacán. Podrían ser los totonacos, los otomíes o incluso los nahuas. En cualquier caso, entre los siglos III y VII d.C esta urbe vivió un periodo de apogeo y gran esplendor.
La construcción de la ciudad comenzó con la Pirámide del Sol en el año 100 a.C y fue creciendo y ampliando su territorio hasta convertirse en uno de los asentamientos más importantes de la llamada Mesoamérica.
El emplazamiento era inmejorable, en un valle frondoso y fértil que los pobladores agricultores supieron cómo explotar. Sin embargo, no deja de resultar curioso ver cómo el lugar se ha convertido en un sitio árido y sin vegetación, en el que se agotaron los recursos y se exprimió al máximo la riqueza del valle.
Esta explotación desmedida llevó al declive y al que se cree que fue el colapso de la ciudad, que se manifestó en forma de sequía y un incendio que la arrasó y que llevó al saqueo y abandono de la misma. Y así fue como la hallaron, mucho tiempo más tarde, los mexica, nombre oficial del pueblo que comúnmente conocemos como aztecas.
El hallazgo de la ciudad les impresionó tanto que dieron en llamarla Teotihuacán, que en náhuatl significa “lugar donde los hombres se convierten en dioses” o “ciudad de los dioses”. Pensaban que Teotihuacán había sido construida por los quinanatzin, unos dioses gigantes que buscaban asegurar la existencia del mundo.
Tiempo más tarde, cuando Hernán Cortés llegó a la zona, los aztecas le hablaron de sus propias creencias y leyendas, dando lugar a muchos malentendidos sobre Teotihuacán, puesto que ellos conocieron la ciudad cuando ya había sido abandonada.
Teotihuacán, una ciudad de hombres y dioses
Así es. La ciudad de los dioses, o que los aztecas pensaron que había sido construida por los dioses, fue una ciudad poblada por hombres. Pero eran hombres que se consideraban a sí mismos espíritus de seres de la naturaleza.
Hasta donde se ha podido investigar, los pobladores pre aztecas de Teotihuacán vivían en armonía con el universo, venerando a dioses de la naturaleza. Se consideraban espíritus de animales y durante las ceremonias que celebraban podían llegar a transformarse en animales salvajes. El uso de elementos psicotrópicos con fines religiosos o terapéuticos accionaba la entrada en este trance y les permitía alcanzar un estado espiritual en el que se percibía el mundo de una forma diferente.
Las drogas han sido parte de las ceremonias sagradas de Mesoamérica desde hace más de 5000 años. El hombre es dios, o se convierte en dios, o habla con dios o se siente dios. Y así sucedió también en Teotihuacán, la ciudad de los dioses.
Visitar Teotihuacán
La visita a Teotihuacán es una de las experiencias más bonitas en los alrededores de la capital de México. Es un aprendizaje y un recorrido a través de la historia de los pobladores que allí dejaron huella, empezando por los pre aztecas y terminando en nuestros días. Un lugar que ha visto florecer y morir culturas y que ha dejado testimonio de ello en un complejo arqueológico sin parangón que aún a día de hoy es el más visitado del país.
Aunque de Teotihuacán lo más destacado son las pirámides, todo el yacimiento es realmente interesante. Se conservan parte de las antiguas viviendas, que ya contaban con sistemas de drenaje y que eran mucho más grandes de lo que sería una vivienda familiar a día de hoy. De hecho, se considera que en términos generales la sociedad teotihuacana era una sociedad tan próspera que no solamente la élite tenía acceso a viviendas grandes, y de hecho, el arqueólogo Michael Smith sostiene que Teotihuacán, pudo haber tenido los residentes más prósperos de cualquier ciudad del mundo antiguo. De hecho, el mismo arqueólogo defiende la postura de que la riqueza en Teotihuacán se distribuía de manera uniforme entre toda la población y que Teotihuacán podría haber sido la primera ciudad socialista de la historia.
Más allá de las viviendas, al visitar Teotihuacán destacan el Palacio de Quetzalpapálotl, quizás un lugar que pudo funcionar como la residencia de la élite de Teotihuacán. Su nombre significa “mariposa preciosa” y se debe a las columnas talladas que delimitan el patio central del edificio.
A este palacio se accede desde la llamada Calzada de los Muertos, que constituía la vía principal de la ciudad, tanto para fines administrativos como para fines religiosos. Este nombre también fue, nuevamente, puesto por los aztecas, que erróneamente pensaban que las pirámides a ambos lados de la calzada eran tumbas. La Calzada de los Muertos recorría desde la entrada sur de Teotihuacán hasta la Pirámide de la Luna, estando orientada al sol naciente en una serie de fechas del año relevantes para los habitantes.
La Pirámide de la Luna está rodeada de 13 plataformas que simbolizaban los 13 meses del calendario solar y que se utilizaban para rendir culto a los dioses en cada momento del año. En su momento la pirámide estaba pintada de rojo y dedicada a la diosa Chalchiuhtlicue, que ocupa un puesto especial en la Plaza de la Luna que se encuentra al frente de la pirámide. Está esculpida en una sola roca de gran tamaño y aunque el rostro apenas se aprecia, todavía se distinguen muchos detalles del resto del cuerpo.
La Pirámide del Sol, por su parte, es mucho más grande y representa el eje del mindo, donde el cielo y la tierra se conectan. Cuenta con 20 pisos que le conceden una altura de 63 metros. Las enormes dimensiones le concedieron ser el edificio más grande de Mesoamérica en su época.
Aunque poco se sabe y mucho se desconoce aún, debido a que no hay constancia de escritos pre aztecas, Teotihuacán ha despertado interés, debates y pasiones desde su descubrimiento. Nada era casual en la ciudad de los dioses. La posición de los templos, de las pirámides, su alineación con el solsticio de verano y las Pléyades… Muchos misterios pero un solo cuento…
Además de que disfrutes al máximo de Teotihuacán, queremos también ayudarte a exprimir al máximo este increíble país. Por ello, te hemos preparado estas tres detalladas guías que te ayudarán a organizar tu viaje, ¡no te las pierdas!:
Crónica de Eva Abal, de Una idea, un viaje