” Luli y Coco siguen su vuelta al mundo a bordo de su antiguo coche, coleccionando experiencias. Tras recorrer España en anteriores capítulos, esta vez salen a empezar a descubrir Europa ¡No te lo pierdas! “
Salimos de Andorra super contentos y ansiosos por probarnos en un nuevo país, con idioma diferente del que no sabemos nada pero, como todo, será un nuevo desafío. Los pueblos de los Pirineos son hermosos y muy pintorescos y mientras vamos conduciendo nos sentimos en un cuento. Carcassone, a medio camino entre Perpiñán y Toulouse, es una ciudad medieval amurallada que está declarada Patrimonio de la Humanidad por la Unesco. Nos enamoró. Paseamos por “La cite” y entramos al castillo del siglo XII aprendiendo un poco de su historia. Así empezamos a recorrer Francia.
Una tarde de calor, mientras juntábamos agua de un río para ducharnos, aparece una señora con su hija y nos preguntan algo. Con señas le explico que estamos viajando y nos queremos duchar. La señora nos empieza a hacer una pregunta que no entendemos y la repite varias veces, hasta que nos damos cuenta que nos está ofreciendo agua caliente y nos hace señas de que la sigamos. La seguimos sin saber muy bien a dónde estamos yendo. Primero pensamos que nos quiere cobrar el agua caliente pero llegamos a la casa y, ademas del agua caliente, nos ofrece un rico vaso de Coca Cola bien fría. Contentos aceptamos, ya que hace días que venimos tomando agua media tibia. Después nos ofrece llenarnos las botellas para que tengamos agua para más adelante. Nos invita a pasar a su casa y se pone a preparar papas fritas y unos sándwiches de atún y mayonesa con mucha dedicación. Nos miramos y no lo podemos creer ya que Marielle sabiendo tan poquito de nosotros fue tan generosa. Nos despedimos de ella y seguimos el viaje en busca de un lugar donde pasar la noche.
Decidimos esquivar las grandes ciudades, así que vamos por la carretera D749 recorriendo pequeños pueblos y entrando a todos los que nos llaman la atención. Paseamos por Richelieu, Cite de Cardinal, Le Rivau y en Forteresse de Chinon. Mientras tomábamos unos “mates” a orillas del río, una familia nos invita a cenar con ellos un asado con muy buena pinta que están cocinando. Por suerte, después de un rato llega una amiga de ellos que sabe hablar inglés y la charla se hace un poco más fácil. Les mostramos nuestras artesanías y nos compran unas pulseras y pendientes. Pasamos una cena muy cálida.
Tras varios días llegamos a París y no lo podemos creer. La Renoleta es una genia y en ningún momento se queja. Se ve que le gusta hacer kilómetros al igual que a nosotros. Obviamente nuestra primera parada es la Torre Eiffel. Estamos tan contentos que bajamos del metro saltando y cantando y cuando la vemos nos quedamos paralizados. Es tan linda y alta… Uno crece sabiendo de la existencia de la Torre Eiffel, pero cuando la ves y sabes que llegamos a París en nuestro coche, que compramos en el viaje, el viaje de nuestros sueños… ¡todo se hace más hermoso y lindo y muy reconfortante! Hacen 45 grados en París y, por suerte, el gobierno se apiada de la gente y se puede usar el metro con un solo boleto, por lo que pudimos recorrer un montón y pasear por Notre Dame, el Museo de Louvre, el Moulin Rouge y muchos lugares más. Fueron dos días hermosos.
Y como llegamos a París, llegamos Londres. Uno de los sueños de Luli de toda la vida. Una residencia nos deja aparcar La Renoleta durante una semana en su parking. Londres es hermoso y multicultural. Es salir por las calles y ver gente de todo el mundo. Caminamos y caminamos y recorremos todo lo que podemos. Una tarde pasamos por el “Globe Theatre”, el teatro de Shakespeare, y conseguimos entradas de reventa por 5 libras. Vemos la comedia “Duodécima noche” y nos encanta. Es un espectáculo hermoso divertido y con música en vivo. Además, nuestros tickets eran de parados por lo que estábamos justo al lado del escenario y en más de una ocasión los actores pasaron por nuestro lado. También pudimos disfrutar de la gente local en Trafalgar Square, donde nos hicimos amigos y aprovechamos a vender durante el fin de semana.
Pasamos una semana hermosa en Londres y el martes 4 de Julio arrancamos para Swindon, donde nos esperaban los amigos de mi tía. Pero, lamentablemente, La Renoleta no pudo llegar. Saliendo de Londres por la M4, un camión que venía distraído nos chocó por detrás. Al principio no entendíamos qué estaba pasando, todo fue muy rápido. Después de varios metros, Coco pudo controlar el coche y aparcar en el arcén. Mi primera reacción fue darle un beso a Coco y decir “estamos vivos”. Pero, al mirar hacia atrás veo que La Renoleta está destrozada y me agarra la desesperación. Empiezo a llorar y llorar y no puedo parar. El camionero se baja y nos dice pide perdón, que no nos vio ya que venía mirando el GPS. Pero lo que el no se imagina es que con este choque no solo perdimos un medio de transporte, sino que también perdimos nuestra casita. No lo podíamos creer. Vino la policía, los de trafico, después la grúa y nos llevaron a un deposito. El chófer de la grúa me dice “¿Por qué estás tan angustiada? Están vivos”. Y sé que tiene razón, que nosotros estamos bien. Pero también sé que perdimos a una gran amiga.
Dos semanas más tarde, con la mente más despejada y haciendo frente a la situación que nos toca vivir, sabiendo que es siniestro total, decidimos continuar nuestro viaje por UK hasta que, por lo menos, se resuelvan los papeles del seguro.